La suerte siempre nos vigila.

lunes, 26 de marzo de 2012

Detalles elementales de la pirámide de Maslow.

La vida es así una mentira, la verdad y la realidad viajan por caminos diferentes y rara vez se cruzan. Cuando esto ocurre el diablo se disfraza de amigo y te tienta con una suculenta oferta. No hablo de vender el alma a nadie, no hablo de obtener riquezas a cambio de algún tipo de dignidad. El premio, al final, siempre es la indiferencia, la más absoluta y gélida indiferencia.

Cuando llegas a uno de esos cruces y te detienes confundido, cuando no hay ningún cartel que te indique a donde ir, lo que quieres es seguridad. La pirámide de Maslow, esa majestuosa construcción que te ata de pies de manos y dicta tu vida. Lo último de esta pirámide debería de ser siempre lo primero en la mente de cualquiera, pero en lugar de eso haces patria del primer montón de mierda que pisas y te pones a soñar con ser el menos piojoso del barrio. Fenomenal, eres idiota.

Tu no lo sabes, y como no lo sabes te da igual. La autorealización nunca puede llegar hasta que no has pasado el resto de escalas. La primera es bastante evidente, hablamos de supervivencia. Y aun así no debería de ser exclusiva, sobre esta se no se deben de erigir las demás si no que esta debe de mezclarse con cada uno de los escalones de la pirámide. Pero a nadie le interesa. Si quieres generar una sociedad de consumo esclava necesitas a un poderoso diablo sin escrúpulos.

La pirámide de Maslow es un arma poderosa para estos. Pero el problema no es que alguien la haya planteado, pues no carece de lógica, el problema es que se haya empleado para atentar contra nosotros.

Durante mucho tiempo nos han estado metiendo en la cabeza que si queremos ser alguien y poder repercutir de algún modo en el mundo, en la historia y en la vida de las personas, tenemos que escalar por esta pirámide. Nos dicen que un pobre muerto de hambre no puede ser importante, nos dicen que sin contactos, que sin éxitos (normalmente económicos) o sin ser una persona pudiente no puedes ser importante. Nos dicen que no podemos alcanzar la autorealización si no pasamos esos estados primero.

Cada día lo pensáis, lo decís, lo escucháis, "es que no soy quien de hacer esto o lo otro", "es que no puedo cambiar nada", "es que nadie me hará caso", "es que yo solo no soy nadie"... resulta que todo el mundo es inútil. La gente siempre ha vivido así. la pirámide de Maslow acierta plenamente.

¿Plenamente? Quizás no, siempre hay gente que se salta todos los pasos intermedios y alcanza la cima a base de voluntad. En realidad no hay anda que escalar, se trata de comprender. No comprender lo que nos quieren meter, si no lo que llevamos dentro. El problema es que esa gente en seguida se eleva sobre el resto, que no son peores que ellos, simplemente no se han dado cuenta de la revelación. Y esta gente más poderosa se corrompe y conspira contra el resto para que jamás descubran como llegar a ser como ellos. No ocultando la meta, si no haciéndola parecer inalcanzable, alimentando el ideal de que existen el arriba y el abajo, ordenando las cosas, los sucesos, las prioridades. Anulan la simultaneidad de todo cuanto nos rodea.

Ahora mismo el nivel de exigencia para subir en la pirámide es inmenso y en muchos casos las metas de las personas son vulgares, eso en el mejor de los casos porque en la mayoría ocurre que la única obsesión es quedarse en el punto número tres, el reconocimiento: riquezas, lujo, opulencia, verse por encima del resto desde un punto de vista material. La cima del consumismo.

Los más poderosos solo han necesitado cultivar el punto cuatro, el último, porque han nacido con todo lo anterior resuelto, no como tu, que solo has nacido con el punto primero asegurado y morirás afianzando eso para tus hijos y luchando por no perder privilegios del punto segundo, ese que indica que buscarás un empleo, una vivienda y que tendrás una familia.

Si os fijáis nos mienten y nos hacen seguir un patrón lógico, como las máquinas. Nos inhiben.

Pues bien, nada de eso es cierto y tu eres importante. La verdad no es real, la realidad siempre supera la ficción, pero ellos no quieren que te des cuenta. Si lo haces en seguida correrás a decírselo a los demás y estos quizás te crean y te hagan caso, entonces se lo dirán a más gente y todos sabrán que entre el primer punto de la pirámide y el último no hay ninguna distancia, el ser humano ya es de por sí todo lo que necesita ser, nada que el mismo ser humano haya inventado para mejorar como persona te ayudará. Suena un poco budista, pero es así. Hay gente conspirando constantemente, gente dominando voluntades, gente manejando cifras de millones. No hablo de millones de euros, o dólares o de libras, si no de millones de personas y no hablo de líderes de gobiernos o dictadores. Bien, esas conspiraciones solo se frenan de un modo, cagándose en la pirámide de Maslow, viajando a la cima en plan teletransporte, ponerse por encima de la sociedad e influir en todo cuanto te rodea, conectar con la gente, hacer valer tu condición y anular los grilletes impuestos. Demostrar que el dinero no vale nada, que sus leyes no valen nada, que sus normas no valen nada, que su fe no vale nada. Quieren que todas esas cosas nos superen, que dependamos más de ellos que al revés. Como el empresario que te da trabajo como un favor en vez de ver la realidad, que tu trabajo le da a él sus beneficios.

Incito directamente a la más valiente y pura rebeldía posible, no quiero alzamientos, quiero que el sistema deje de valer, que solo unas simples normas morales rijan la evolución de un mundo que creamos entre todos con nuestras mentes: respeto, solidaridad y honestidad.

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