La suerte siempre nos vigila.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Detalles elementales de un escaparate.

¡Esto es un escaparate!


(Lo de la imagen también)

Detalles elementales de los valores familiares.

Bien, esto que va a continuación es el mensaje real que le he enviado recientemente a una muchacha de una página de contactos en internet. No voy a desvelar ninguna información al respecto. Simplemente aparece ahí una breve descripción que hace de sí misma y que no dice nada en absoluto (nada que pueda revelar su identidad, se entiende). En este texto la prejuzgo violentamente pero aun así incluyo muchas reflexiones interesantes que me vinieron provocadas por el hecho de que la susodicha quiera crear una familia y que recalque para más inri, una familia con valores. ¡¿Pero que leches?!

Disfrutad de la lectura, en la próxima entrada podréis releer "La huida y el estrépito" en su versión editada y corregida.


"¿Una familia con valores? ¿Valores del tesoro o de que tipo? Jamás entenderé esa forma de encuadernar y forrar conceptos que son tan vagos y tan indefinibles como cada persona. Y ya veo que eres católica, yo no, es que no me gusta el fútbol. Pero soy admirador de Jesucristo y lo digo sin buscar ningún chisto o alguna gracia (vale, en la gracia si hay un chiste, en Jesucristo no, Jesucristo es respetable realmente).
Para realizar adoraciones simbólicas siempre he preferido la mitología sumeria, es más impactante y menos dogmática, si es que era dogmática en absoluto. Por lo demás y en lo referente a valores y creencias yo soy panteísta, que no hippy. Y te aseguro que es muy reconfortante saber que no has nacido con ningún pecado que debas redimir en torno a la iglesia y que además, no solo eso, como parte de Dios que eres tienes capacidad propia de afectar a todo lo que te rodea, vamos, que soy tan importante como individuo como en conjunto a todo lo demás existente en el universo. Sin tener que rendir cuentas a nadie. Como Jesucristo, aquel que prohibía los templos, las imágenes y las adoraciones, que estaba a favor de muchas cosas que ahora la iglesia persigue y del cual salieron 12 apóstoles de los cuales la Biblia solo recoge a 4 (me refiero a sus libros, pues se reconocen los 12 apóstoles) siendo más gracioso aún que uno de ellos ni si quiera era apóstol de Jesus.
Menudo coñazo teológico.
Yo no tengo estudios significativos, no soy graduado en nada. Tengo la ESO y un bonito ciclo de comercio que no sirve para nada. Pero bueno, seré escritor de éxito más pronto que tarde porque así lo he decidido y aquí estoy, buscando pareja, pero las más guapas siempre sois o bien de lejos, o bien católicas, o bien fumadoras o bien todo a la vez.
Seguramente seas más maja de lo que se te presupone, más allá de las creencias y de los valores cada persona es un mundo que nada tiene que ver con el vecino, eso es lo mejor de todo. Por eso te preguntaba que valores son esos que mencionas para la familia, si hablábamos de los tuyos, de los valores "estándar" que son inaplicables debido a que el azar es mucho más caprichoso de lo que suponemos (que le vamos a hacer, nos rigen leyes como la termodinámica, que incluyen el concepto de entropía y muchas veces ni eso, porque aparece la cuántica, la psicología y la neurología, la economía...)y jamás permitirá que los valores funcionen al 100% y cabe destacar que el conflicto familiar provocado por la extraña imposición de unos valores no puede ser combatido por el mismo valor que ha generado la causa, con lo cual entramos en una espiral de la que solo se sale improvisando, como siempre.
He mirado tu perfil y me resulta un poco vago. De hecho y para ser justos la que me parece un poco vaga eres tu con cosas como:
1. Ler, musica, montaña, playa,
2. Construir una familia, con valores
3. Soy una chica normal, que le encanta sonrir y encarar que la vida es para viver e ser feliz:)
4. todo tipo de musica
En serio, música sin tilde pase, pero, ¿qué es viver? ¿no repasas lo que escribes nunca? Ese nunca habría quedado mejor al principio de la pregunta... voy a cambiarlo. ¿Nunca repasas lo que escribes?, así mejor ^^
Y ahora me pregunto, ¿qué es una chica normal? ¿hablamos de un ente binario y alineado sin conciencia propia que se puede ver incrustado perfectamente como parte del engranaje de la maquinaría de una sociedad que limita nuestra perspectiva? si es así no eres normal, eres directamente un muñeco de cera del gran museo del fetichismo totalitario, ni más ni menos.
Para una persona normal la normalidad no existe y no lo hace porque lo que es normal aquí es raro en otro lugar y el simple hecho de que lo común, cotidiano o habitual no pueda considerarse como un valor (volvemos a los valores) absoluto lo inhabilita de ipso facto.
En fin, te libras porque no fumas. ¿Te apetece hablar?"

martes, 28 de febrero de 2012

La huida y el estrépito

Se introdujo en el bosque siguiendo las huellas iniciadas en el mesón, con más curiosidad que tiento mientras mascaba una bola de chicle ya endurecida e insípida. Las ramas al partirse a su paso le produjeron algún que otro rasguño, pero era un hombre acostumbrado ya a moverse por esos terrenos. Salvo los grillos nada más que él parecía habitar el mundo en ese instante, allí, alejado de la ciudad. 

Por un momento le pareció ver algo moverse entre los arbustos, en una zona oscura oculta por la sombra de un enorme y frondoso roble que impedía el reflejo de la luna. Él estaba convencido de que era ella, que se había escondido ahí, pero la lógica no acreditaba su ilusión, pues claramente ahí no tenía cabida el cuerpo de una persona adulta, aun siendo esta una joven esbelta y espigada. 

Se aproximó al lugar igualmente e hizo el ademán de apartar algunas cuantas hojas, pero consciente de que con eso tampoco conseguiría ver nada metió la mano hasta donde pudo y agito el brazo tanteando algo parecido a un brazo, pierna o incluso pelo que pudiese agarrar. 
Solo agarró algunas cuantas bayas y astillas, las cuales se le clavaron en los dedos mezclando la sangre con la pulpa rojiza de aquellos pequeños frutos. En el acto y por reflejo se frotó la mano contra la camisa tiñéndola con los mismos pigmentos. 
Francamente, terminó hecho un pincel. 

- Y sabía Thomas que no escaparía, que podíamos desatarla, que la habitación era segura - masculló para sí en un tono airado y de completo desahogo - nunca sobran un par de grilletes, pero en lugar de eso le permitimos vestir incluso nuestras camisetas de algodón y nuestros jeans... 

John Weir, enclenque y cuasi desdentado paleto sureño, poco acostumbrado a los alumbramientos de la declaración universal de los derechos humanos, era un hombre de unos treinta y pocos años, ávido de emociones fuertes y con aires autoritarios que poseía un extremado toque infantil en su mirada y en su rostro carente de bello. Una enorme quemadura provocada, según cuentan, por el vuelque de una sartén llena de aceite caliente mientras ayudaba en la cocina a su tía abuela Delia en una fecha indefinida de su infancia, decoraba su papada y parte de su pecho. Era más bien bajito y su rizado y corto cabello, constantemente encrespado y seco, brillaba, si se puede decir que lo hiciese, en un tono zanahoria que lo envolvía en un aura poco menos que angelical. Siempre gastaba jeans, camisas eminentemente cuadriculadas, tirantes y botas altas, aunque esta vez lucía unas galas más refinadas con mocasines, pantalón de pinza y camisa blanca que debían de ser devueltos al día siguiente y que, como ya sabemos, han sido decorados a ramalazos, como una buena pintura abstracta. Cuando no mascaba chicle, jugueteaba con pajillas en la boca y si no se chupaba y mordía los nudillos, llenos estos de muescas y hoyadas causadas por sus propios dientes y por algún que otro impacto errado en alguna pelea. 

Solía malhumorarse con facilidad y era muy impaciente, desde luego esta situación que nos ocupa no era una excepción y John Weir ya estaba representando su crispación en una perfecta interpretación de si mismo en el magnifico escenario natural que lo arropaba. John iba a explotar y por suerte no había nadie cerca para verlo. 

Avanzó a trompicones, pateando cuanto había a su paso, maldiciendo en diversas lenguas y jergas e incluso inventando algunas nuevas en busca del énfasis que su nervio requería. Caracoles, escarabajos, roedores varios, nada estaba a salvo. Cada objeto y cada ser que se interponía en su camino participaba de la misma suerte, sería aplastado. 

Con semejante estruendo cualquier persona a menos de 10 kilómetros de distancia podía prevenirse y predecir con bastante exactitud su posición, con lo cual, flaco favor se estaba haciendo a sí mismo en su empeño de recuperar a la chica, que si no estaba muy lejos, al menos si que podría moverse con libertad despreocupándose de hacer ruido, o al menos, más ruido que John, lo cual era totalmente imposible e inalcanzable para cualquiera.

Lilith no debía de estar allí, lilith no debería de haber conocido a aquellos hombres y desde luego lilith no tendría que haber desobedecido a sus padres aquella noche. Pero Lilith no fue consciente en ningún momento del peligro que corría hasta que escapó.

Alta, delgada, de un pelo Rubio casi antinatural, teñido diría yo, aunque no podría confirmarlo. Era una muchacha bastante sencilla de unos 19 o 20 años y podríamos pensar de ella muchas cosas, pero probablemente no acertaríamos en nuestras predicciones, pues dentro de su presunta inocencia hasta ella escondía secretos. Secretos oscuros que pondría los pelos de punta al más duro entre los duros, hasta a John si los conociese.

No obstante y a pesar de todo, ella huía, lo hacía como si la vida dependiese de ello, lo cual no era necesariamente cierto, pero claro, el miedo a lo desconocido y una situación de secuestro pueden presagiar lo peor, más aun en una mente retorcida como la suya. Y es que como bien dice el dicho "piensa el ladrón que todos son de su condición".

Los gritos de mosqueo se dispersaban por todo el bosque haciendo resonar la voz de John en su cabeza. Como un martillo, sus blasfemias golpeaban su pensamiento y la trasladaban a un imaginario paraíso de la tortura, en el que ella tantas veces había soñado estar, pero del lado contrario al que se estaba refiriendo su actual y dramática fantasía. 

Con esto se aventuró en el bosque lo más que pudo, se aventuró tan profundamente que casi llegó a cruzarlo. Un bosque no muy extenso, aunque si espeso en el que es muy fácil perderse, pero en el que si andas lo suficiente también es relativamente encontrar la salida. Y así fue que se topó con una carretera. Asfalto bacheado y viejo que escondía, seguramente, una gran cantidad de historias de viajantes, autoestopistas y turistas perdidos. En él botaban unas pequeñas piedras de gravilla que fueron empleadas para disimular los socabones de la pista y que delataban la aproximación de un vehículo de gran tamaño. Pronto el ruido de un motor cobró protagonismo y eliminó de un plumazo a las voces que se habían instalado en su cabeza unos metros atrás, en el bosque.

Shockeada todavía por la situación se situó en medio de la carretera interponiendose al camión. Ella, logicamente, debió de pensar que este frenaría a tiempo y la atendería. Podría tener, quien sabe, algo de ropa de abrigo y agua fresca en su interior. Era momento de especulaciones y de esperanzas, esperanzas que se diluirían a la misma velocidad a la que el camión, haciendo chirriar unos desgastados e inestables frenos, la embestía violentamente para terminar proyectándola varios metros más allá.

El conductor asomó la cabeza por la ventanilla observando el cuerpo tendido en el suelo, que yacía ya inerte, aunque este jamás lo sabría, pues jamás se pararía a comprobarlo. Al hacerlo y bajar la música de su radio escuchó los gritos y las maldiciones de John y subiendo el cristal de la ventanilla a toda prisa aceleró esquivando el cuerpo para salir de allí lo antes posible.

A Lilith no le dio tiempo a ver pasar la vida ante sus ojos antes de morir, no le dio tiempo ni siquiera a ver la cara de su asesino, ni le dio tiempo a arrepentirse de haberse escapado de su prisión para hallar la muerte. Una mano helada le arrebató su jadeante aliento de un tirón y su fatigado cuerpo pasó al reposo en un parpadeo.

John, llego presto, raudo con prontitud y deprisita al lugar en el que se encontraba Lilith. Cuando la vio esgrimió una sonrisa de oreja a oreja y solo acertó a decir lo siguiente:

-Jodete zorra, esto te pasa por intentar huir de mi - se aproximó poco a poco al cadáver y arrodillándose a su lado levantó la cabeza y suspirando terminó por decir - y lo mejor de todo es que Thomas no me podrá culpar de lo ocurrido.

Rió violenta pero laceradamente en algo que mudó sin más en una tos incontrolable, maligna, sí, pero tos incontrolable después de todo. Escupió a un lado y se incorporó sobre una rodilla para alzarse definitivamente y recoger el cuerpo, el cual retiró a un costado de la calzada tapándolo como pudo con la basura que por allí había.

Él ya era feliz con su venganza. No la mató, pero sin duda fue su persecución la que la condujo a su fin. Ahora sería problema de Thomas resolver el resto del plan tras este percance "que se joda, el se empeñó en ser el cerebro", pensó para sí en voz alta.

Llamaría a Thomas para contarle lo ocurrido y se quedaría allí, plácidamente, sosteniendo en una mano la tentación de desnudarla y en la otra la sensatez de no hacer nada más.


-¡¿Qué ha pasado aquí?!- Se apresuró a decir Thomas tan pronto llego al lugar en el que John guarecía el cadáver de la joven Lilith. - Más vale que esto tenga una explicación convincente John, porque por si no eres capaz de deducirlo por ti mismo ya te adelanto yo que esto es un gran contratiempo.


Se produjo un ligero silencio tras estas palabras, silencio durante el cual John intentaba contener su risa y aparentar seriedad y entereza. Este se puso de pie para estar a la altura de Thomas, o al menos aproximarse puesto que Thomas era bastante más grande que él. Se acercó mirando de forma sesgada el cadáver y le comenzó a contar casi al oído todo lo que ocurrió, más o menos.


Thomas asintió dejando de mirar arriba, que es lo que solía hacer cuando prestaba atención a alguien. Y en ese mismo instante se apresuró a levantar el cuerpo de Lilith mientras hacía cabalas.


-Supongo que esto supone el final de nuestros planes- Dijo John.


-Es muy posible, muy posible. De todos modos ahora tenemos un muerto entre manos, no podemos dejarlo aquí. Espero que el señor Anthony no haya olvidado el pequeño favor que me debe, nos hace mucha falta. Tu  limpia el traje y dispón todo para salir mañana. Me llevo la furgoneta, tendremos que deshacernos de ella también. Consigue un vehículo e intenta limpiar tu traje. Nos vemos en la gasolinera a la hora del desayuno.


- ¿A qué hora? - preguntó John.


- A la del desayuno, John, a la hora del desayuno, la de siempre, las 9 de la mañana. - Dijo Thomas alzando la voz más de lo habitual en él para hacer énfasis en la aclaración.


- Pero ayer, por ejemplo desayunamos a las 10:30...


- ¡Ayer era domingo, por Dios!


- si... y el sábado ni si quiera llegamos a desayunar - refunfuñó John para sí mismo - a lo mejor es que ahora somos judíos y no podemos desayunar los sábados... la hora del desayuno... lo que hay que oír...


- ¿Decías algo John? - preguntó Thomas mientras cargaba el bulto en la furgoneta, una vieja pick-up que casi no se sostenía por su cuenta.


- No, nada, solo hacia cuentas... por.. lo de el traje, ya sabes. - Respondió John titubeando.


- Del pago de los trajes me ocupo yo, ya lo sabes. Tu no te preocupes por eso e intenta ser útil de vez en cuando.


Terminó de subirse a la furgoneta y arrancó en dirección a Casperville, lugar de residencia del señor Anthony.


El señor Anthony era un médico forense, probablemente uno de los más brillantes de todos los tiempos, pero nunca resolvió un solo caso con sus exámenes a cadáveres. Más bien al contrario, siempre supo ingeniárselas para, a cambio de una pequeña comisión, esconder todas las pruebas acusadoras que pasaban por sus manos.


En este caso Thomas no tenía dinero para comprar sus servicios, pero a este se le debía un enorme favor, un favor de más de 130 kilos.


La hermana menor del señor Anthony tiene un serio desajuste hormonal y este desemboca en kilos y kilos de grasa corporal. Podríamos compararla con una fabrica de jabón, pero sería jugar con la sensibilidad de muchas personas, sobre todo de las más pulcras. El caso es que Thomas, sabiendo que algún día podría requerir de sus servicios, decidió, con gran valentía, aceptar la propuesta de cita romántica con ella que el señor Anthony, viejo compañero de instituto de Thomas, le había pedido por compasión a su "hermanita".


La ventaja que según Thomas tenía la susodicha era que no hacía falta una cama para acostarse con ella, pues ella era la cama. Obviamente con ese comentario no mejora su dignidad, pero al menos le quita un poco de hierro al asunto.


Lo importante es que por fin podría cobrarse el favor, así que aparcó delante de la casa de Anthony y se dirigió al portal para llamarle.


- ¿Sí, quién llama? - respondió una voz a través del portero automático.


- Soy un amigo del Dr. Anthony, ¿está en casa?, es muy urgente. - dijo Thomas.


-¿Thomas, eres tú, Thomas? mi hermano no está en casa aun, pero sube, puedes esperarle aquí.


"Mi hermano... ¿mi hermano? ¿qué demonios hace la vaca chiflada en casa de Anthony?". Thomas comenzó a subir las escaleras tras asegurarse de que nadie podría ver el cadáver dentro de la furgoneta mientras no dejaba de pensar en el inevitable encuentro con Christy, la oronda hermana del señor Anthony. Su pulso se aceleraba lenta pero ferozmente y su frente comenzaba a sudar. No obstante siempre es necesario realizar sacrificios.


- Ho.. hola Christy... cuanto tiempo... - dijo tartamudeando y mirando al suelo.


- La verdad es que sí, ha pasado ya mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Y la verdad... es que estaba deseando volver a verte... no he dejado de pensar en aquella noche y hoy todavía tenemos un par de horas o tres hasta que regrese mi hermanito de su partida de poker. - mientras terminaba de hablar en la cabeza de Thomas retumbaban esas dos o tres horas como el badajo de una campana rebotando contras las paredes de una cueva.


- Para mi también fue una noche inolvidable Chri.... - su palabra se quebró a medida que levantaba la vista del parqué de la casa y la iba posando sobre el cuerpo de Christy. - Chri... ¿Christy?... Casi no te reconozco, estás... preciosa.


Una remozada y mucho más delgada Christine Mayers se apareció frente a sus ojos, deslumbrando con su nuevo look al bueno de Thomas, que no salía de su asombro. Ahora las dos o tres horas de espera ya no eran un problema para él, si no todo lo contrario. Se le ocurrían muchas formas de pasar el tiempo dada la nueva circunstancia y el nuevo giro de la historia.


- Pasa, siéntate. ¿Quieres que te traiga algo de beber? ¿has cenado? puedo prepararte algo si quieres, tengo chuletas de cerdo en la nevera y queda algo de puré de patata del mediodía.


- No, descuida, no tengo hambre. Pero cuéntame, ¿cómo... cómo has conseguido...? bueno... ya sabes, ¿perder tanto peso?


- Mi hermano, tiene un colega de la facultad que es un especialista en el tema, hace auténticos milagros. Me ofrecí voluntaria para probar un nuevo tratamiento que está ayudando a desarrollar y bueno, ya me ves. 74 kilos menos en dos años y medio. Por eso estoy aquí, insistió en que me quedase en su piso mientras durase todo esto, por si tras alguna de las vacunas que me han ido poniendo necesitase un médico.


- Un forense en este caso - bromeó Thomas comenzando a mostrar su elegancia habitual. - de todos modos parece que el riesgo a merecido la pena.


- ¿Es que antes no te resultaba atractiva? ¿no eras tu quien me decía una y otra vez que la belleza está en el interior mientras me...


- Si, si, si, si, si. Pero ahora no solo eres bonita por dentro. - dijo John cortando una más que posible obscenidad por parte de Christy.


- Gracias Thomas, eres un cielo.


La conversación prosiguió durante más de 4 horas y Anthony todavía no llegaba. Thomas parecía no darse cuenta de eso mientras tonteaba con Christy, quien no dejaba de mirar el reloj de su muñeca con preocupación entre cada trago de vino y palabra de asentimiento para Thomas. Entonces, quizás por la borrachera, o quizás simplemente por los encantos de un Thomas que desbordaba elocuencia y caballerosidad por cada poro de su piel, es cuando ella decidió invitarlo a su cama, mueble que por cierto ahora sí sería necesario.

martes, 21 de febrero de 2012

Detalles elementales de mis métodos de escritura.

A veces me preguntan que cómo hago para escribir, que de dónde saco la inspiración y siempre digo que es innato, que simplemente escribo. Pero no es tan sencillo como eso. La musicalidad, es la musicalidad la que desliza mis dedos sobre este soporte llamado teclado. No escribo, canto, no creo historias, si no melodías, llevo la poesía a cualquier terreno que pueda de un modo inconsciente.

Por supuesto que existe un trabajo detrás de esto, pero es tan irrelevante que la mayoría de las veces pienso que es mejor no terminar lo que de un modo natural expira. Es decir, que cuando la música se acaba no merece la pena intentar los bises o repetir el estribillo.

Poco a poco creo que voy encontrando nuevas rutas hacia la constancia en esta tarea. Localizo un tema musical que me libere y lo repito. Lo que voy escribiendo surge con la misma cadencia que la canción, si esta cambia, el texto también. Es bonito y poético si la canción es tranquila y pausada, se vuelve dinámico si se acelera o llega a resultar confuso cuando suena algo rápido y atropellado.

Alguien con la habilidad suficiente podría descubrir con solo leerme el tipo de música que he escuchado mientras narraba cada una de mis historias o pensamientos. Y quizás os rete a ello, quizás os ponga a prueba...

Recomiendo fijarse en los signos de puntuación, en si hay rimas y con que frecuencia, en las pausas entre estrofas. Todo lo que se puede deducir de estos gestos que parecen surgir sin motivo aparente o que son en teoría controlados. De eso nada, todo responde a algo, todo tiene un motivo y todo es deducible si se sabe observar. Uds. mandan, ¿os apetece intentarlo?

martes, 14 de febrero de 2012

Detalles elementales de San Valentín.

Hoy hace 100 años, o más, que allá por el doscientos y pico después de Cristo se cargaron a un cura romano que oficiaba bodas en secreto. Era el señor Valentín.

Las pintaban bravas, muy bravas y lo peor era lo que le tocaría soportar después. Lo corrieron a pedradas después de tenerlo en prisión, pero hoy es, gracias a Google, una entrada muy vista en la wikipedia.

Gente, unas 100 personas, o más, que ahora se las dan de entendidos en la defensa de sus complejas horteradas, se basan en ese hecho histórico (visto en la wiki), para excusar que esto no es una chorrada ni una fiesta comercial.

Pero vamos a ver... vaaamos a ver hombrecillos y mujerzuelas que vais "paseniño" por los caminos del señor... que tendrá que ver que ese cura del pleistoceno casase a escondidas con que las floristerías y el corte inglés se froten las manos...

El pavo casaba todos los días del año y curaba ciegas en sus ratos libres, para que digan después que no es una fiesta comercial, la publicidad ha cambiado con el tiempo, pero las mentiras que ahora te cuelan los mercados te las lleva colando la iglesia unos 100 años, o más. A fin de cuentas todos atestiguan milagros que jamás tuvieron lugar.

Pero vale, un 14 de febrero, según un calendario que es unos 100 años, o más, anterior al gregoriano (ese que usamos ahora) la ciega, que ya al fin veía, aun seguramente a pesar de haber dejado de ser virgen en el acto, clavó un almendro en donde estaba el cura. Pues nada, según la lógica, todo el mundo a comer chocolate con almendras de Nestle, regalar flores rosadas y... oh, wait... bueno, a seguir haciendo lo mismo.

Un doodle de google está convirtiendo en sabiondos y entendidos a un montón de enamorados (JA, ME RÍO   YO DE LAS HORMONAS) y en apestados y quejicas a los solteros, ya hasta leo por ahí que lo de ir dando pena el día de San Valentín y quejándose de lo solo que está uno es lamentable y poco sexy.

Eso, eso es algo que no entiendo, el resto del año eres un adorable pagafantas y de repente y por arte de magia eres un aprovechado que solo quiere echar un casquete en San Valentín. Como cambia el cuento cuando a caperucita la interpreta Russell Crow ¿qué no? xD

Pues yo paso el día solo y muy orgulloso, mañana aprovecharé, cuando pase la euforia, y como hombre consecuente que soy tendré preciosos detalles con esa persona que me apetezca. Hoy y mientras tanto le dedico este día a los que de verdad están siempre ahí y no solo cuando las rosas y los claveles se venden solos, brindo por los amigos y amigas que nunca fallan, esos mismos que, como Valentín, alentaban al amor sin marcar objetivos comerciales de ningún tipo. Esta entrada va por vosotros.


San Valentín en algunos datos:

La venta de flores aumenta un 150%
Casi el 40% de las ventas de bombones se produce en San Valentín
Más de 300.000 parejas cenarán fuera en San Valentín
Las comedias románticas son las pelis más taquilleras en San Valentín
El 10% de las ventas de joyas y peluches se produce en San Valentín


¡Feliz día de los capitalistas hormonados!

miércoles, 8 de febrero de 2012

El código morsa.


Nadie oye el eco rompiendo en las olas, 
mensajes ahogados entre espuma y sal. 
Un flujo incesante que nos deja a solas, 
varados en playas de eternidad. 

Azotes que un día sellaron las notas, 
de una aria sumida en el caos per se. 
Bordando con rabia el paso de horas, 
que visten de boda nuestra ansiedad. 

Mil puntos de vista que en cada gota 
helando y rompiendo el agua van. 
La voz, del polvo tan solo una mota, 
disipada en el espacio, no volverá. 

Despacio, el espacio en silencio llora, 
sigue enfriándose el inmenso edén. 
Es la muerte de una estrella que añora 
bailar con otra en la gravedad. 

Perdido el norte, buscando la aurora, 
sumergidos de nuevo en el ancho mar, 
la estrella cayendo despliega su cola, 
rayando en el cielo la voluntad...


martes, 7 de febrero de 2012

Detalles elementales de mis metas.

Y ya en calma, en mi desordenada habitación, escribo:

Ya hace tiempo que vivo deseando, tiempo, mucho tiempo con una lejana frontera en mi horizonte. Paso al lado de la posibilidad y juego a la ruleta rusa con una sonrisa en la cara, ¿quién tiene miedo a perder?

Poco a poco las opciones van caducando e intentar consumirlas entonces supone un riesgo que a veces merece la pena correr. Correr, incauto, a través de la ambición, peleando por cada tesoro y por cada regalo.

En las no siempre agradables quedadas de mi imaginación, mis recuerdos se pudren sin condición alguna, fundiéndose sin más con enormes ríos de confusión y mentira. La mentira... esa incorruptible potencia, un valor único que retransmite errados intentos de fantasía. Miro tras su prisma distorsionando mis metas, mis caminos.

Quise ir a raíles, viajar en grandes veleros, romper el sonido dejando atrás mis gritos, como el látigo hostigando al esclavo que perece maravillado por su trabajo. Cabalgar veloz, correr, ¡volar! y ser un trueno, estruendoso y potente. Por solo un instante de luz en el firmamento, con el ímpetu de quien se sabe vencedor, podría al fin sacar de mi aquello que me hace especial, lo que me eleva sobre los demás...

Y no se cual es la pieza que le falta a este puzzle, sobretodo cuando la voluntad encarna increíbles ideales.

Simplemente ser, lo que siempre he querido, poder ser por encima de todo, un hombre convencido, un patriota sin bandera capaz de domar las letras y los pensamientos y crear mundos, desobedecer a la ciencia y  hasta al mismo inexistente.

No quiero ser un diamante bajo la presión de la vida, quiero ser el aire de tus suspiros cada vez que me leas.

Hoy no seré un gigante, pero el cielo todavía me da margen porque sabe que no dejaré de intentarlo.

En la calma de mi desordenada habitación hay un detalle que se me escapa... espero que no seas tu.

lunes, 6 de febrero de 2012

Detalles elementales de la música 1


Send me on my way (Ice Age) Compuesta por David Newman



I`m gonna be (500 miles) de The Proclaimers



Our house de Madness



I can`t dance de Genesis



Rock on the rocks de Opus



Don`t stop me now de Queen



Viva las Vegas de Elvis Presley




Do you think i`m sexy de Tom Jones



Every 1`s a winner de Hot chocolate



Super freak de Rick James



Barbie girl de Aqua



Look back in anger de David Bowie (directo)



Come sail away de Styx



Y por ahora nada más, espero que disfrutéis de estas canciones con una buena sonrisa de oreja a oreja ;)

domingo, 5 de febrero de 2012

Cuando la luna mengua.

Era propensa a la mala suerte, adicta a a la derrota. La inanición de ideas solían despegarla del plano que delimitaba a su silueta trasladándola al zulo en el que sus pensamientos armaban la revolucíon, siempre dando vueltas a lo mismo.
No poder respirar sin abrasarse por dentro, eso la condenó a odiar la libertad, deseaba ser víctima del mundo, vivía en el síndrome de estocolmo.

Avanzó a trompicones entre los angostos callejones de uno de los suburbios de la ciudad, esquivando charcos, evitando mojarse, tal y como había hecho siempre. No reparó en las advertencias de aquel hombre que le gritaba, pues no era un buen lugar para que se perdiese una muchacha tan jóven como ella. 

Se encontró de frente con unos tipos desarrapados, altos y de aspecto descuidado. No se parecían demasiado entre ellos, no sabría decir si eran una pandilla o una simple coincidencia. ¿En común? la inmundicia que les rodeaba, estaban hasta arriba de mierda, dormían en la calle seguramente y aun así portaban pulseras y collares de oro, relojes caros y ropa de marca. Debían de ser ladrones.

Ella iba tan drogada que le faltaba raciocinio para digerir la situación, así que siguió avanzando ante la mirada atenta de los susodichos individuos. Uno de ellos levantó el dedo indice de su mano izquierda mientras repasaba a la muchacha de arriba a abajo. Tras agitarlo en señal de negativa habló al oído al hombre que estaba a su derecha, alto, al igual que el resto, con un peto vaquero y botas camperas de cuero, asintió y soltó una sonora risotada a la cual prosiguieron varios improperios que ella no alcanzó a comprender. 

El líder, de esmoquín, una cresta mohícana en la testa y una cuidada barba de oso. El más limpio y destacado de todos ellos. Chascó los dedos varias veces siguiendo el ritmo de algo que tarareaba al tiempo que caminaba contoneando todo su cuerpo al mismo compás, cada vez más y más cerca de su deliciosa presa. Mirando al suelo se topó a su lado y se quedó quieto acariciando el aire del contorno de un precioso cuerpo femenino que se alejaba apresuradamente, con la cabeza gacha.

- ¡Quieta! - gritó el líder - no es muy educado entrar en la casa de alguien y largarse sin ni si quiera saludar.

"Colgado, maldito bastardo infeliz y solitario, ¿cómo se atreve a recriminarme nada?" 

Los pensamientos por fin comenzaban a fluir, los sentidos funcionaban, la consciencia regresaba a su sitio.

- Siento mucho no haber saludado, es un despiste como cualquier otro, ¿un buenas noches le sirve al caballero? - respondió.

- ¿Buenas noches? ¿en dónde se haya visto que una noche sea buena sin disfrutar de la compañía de una mujer? - matizó el líder con afán posesivo. - para poder decir buenas noches, que ya lo has hecho, la noche ha de ser buena, si no... será una mala noche y nosotros en las malas noches saqueamos, robamos y matamos. ¿Quieres que Saqueemos, robemos y matemos? ¿o prefieres que la noche siga siendo... buena?

Daría lo que fuese en ese instante por seguir bajo los efectos de la droga, por padecer de nuevo esa extraña indolencia y evadir la situación con absoluta pasividad. Sabía que sería violada, lo mejor sería no oponer resistencia y llorar al llegar a casa. ¿Denunciarlo, correr, llamar a la policía? no eran opciones, denunciarlos no serviría de nada, probablemente esta gente debería de estar ya cumpliendo penas de cárcel con un amplio historial delictivo a sus espaldas y no era el caso. Correr era inutil, eran muchos y en buenas condiciones, solo sería retrasar unos segundos lo inevitable, aumentar la humillación y sentirse todavía más vulnerable. Llamar a la policía, probablemente sería una buena excusa para optar a una paliza y vivir con miedo a las represalias. Ante semejante estampa se aproximó al líder y escalando por su pecho le susurró que acabase rápido, en tono sensual para disimular la súplica.

Todo comenzó de forma apresurada, se sabía inminente, pero como siempre, el tiempo nos da la sensación de reservarnos un segundo tras otro, parece irrompible. No obstante la primera explosión se dejó sentir en las cercanías del campamento base. Un estruendo gigantesco paralizó momentaneamente a todas las tropas y los soldados se recogieron sobre sí mismos. Al instante alguien empezó a repartir los cascos y las municiones, el sonido de las armas al chocar unas con otras mientras un pelotón entero corría al lado de la estantería que las hacinaba, no parecía incomodar a nadie, pues se sabía que los gritos y el ajetreo pronto se verían ahogados por otro fogonazo de mortero. Ella se encontraba en medio de todos ellos, intentando comprender que es lo que allí hacía, cuando de pronto, alguien la sujetó del brazo y se la llevó a tirones en dirección a una trinchera cercana. 

Alguien a su lado, probablemente por los nervios, se había herido una mano al intentar colocar la bayoneta a su fusil y en el acto la salpico la cara entera de sangre. Más explosiones y gritos llenaban el cielo haciendo temblar a las mismísimas estrellas del firmamento. 

"¡Vamos a morir!" decían unos y otros, maldiciendo a la muerte por sus condiciones, lamentando una despedida, un último abrazo, un poco de seguridad y sosiego. Algunos observaban a sus compañeros caídos, lloraban ante ellos como quien llora ante un espejo, solo había dolor aquella noche pues eran menos, menos preparados y con escasa moral.

Hasta que él apareció de repente. 

- Jenkins, informe de la situación, ¿a que distancia se encuentra el enemigo?, tenemos que persuadirles lanzando una ofensiva.

Altivo, confiado, duro y tajante en cada palabra. No tenía la voz quebrada como el resto, no jadeaba y no tenía miedo a lo que tenía enfrente. Varios hombres se pusieron firmes ante su figura, ella solo clavó sus ojos en los suyos y boquiabierta, suspiró. 

La luna decrecia y no había lobos ahuyando en el horizonte, solo una guerra que no iba con ella y que por lo visto tampoco afectaba a aquel hombre. Era el coronel Dereck Autum, nombre que repetían todos al verle pasar y no pertenecía tampoco a ese mundo, por eso su determinación era tan importante, por eso la ausencia de temor. Ambos eran viajantes, su abstracción les había permitido sobrevivir a la guerra durante muchos años, para uno desde el convencimiento de la victoria y para la otra desde la ya mencionada inacción. 

Desde el frente enemigo se escuchaban voces a modo de tentativa, llamaban al terror, pero delante encontraban una enorme complacencia. 

Se levantó poniendo a merced de la metralla desprendida todo su cuerpo y atajó por una pequeña pendiente, que el cráter de una bomba había habilitado, para así salir a tierra de nadie. Un suelo quemado y humeante se extendía bajo sus pies y paso a paso caminó rumbo al amanecer. Fue abriendo los ojos, fue desvancando a la duda y atravesando otro callejón salió totalmente exhausta, pero orgullosa, a una de las avenidas principales de la ciudad. Se acercó a un contenedor de basuras y abrió una mano para observar en su palma la bandera del enemigo. Tiró el pene que había arrancado de un mordisco entre sacos llenos de deshechos y junto a él tiró también una pequeña bolsa de plastico con cocaína. 

Al llegar a casa y darse una ducha reparadora buscó a Dereck Autum en la agenda telefónica. Aparecieron varias personas con el mismo nombre, escogió una y marcó...

miércoles, 1 de febrero de 2012

Detalles elementales de un avance.

Avance: Como todo principio supone un final, el que es referencia en esta entrada llegará muy pronto.

He estado ausente, pero pensando en nuevas entradas para el blog y muy pronto sorprenderé con algunos detalles que espero sean de vuestro agrado.

Solo escribo esto para que lo sepáis, es un aviso, mi coco estará con vosotros de nuevo muy pronto. Nadie se libra tan fácilmente de mi.

PD y pistas: Para que os vayáis comiendo el coco os diré que habrá varias entradas relacionadas con el mundo de fantasía de Herghemia, creado por mi. También un relato y, posiblemente, poesías. ¡Yuju!